La LLei del Cinema Català ‘se’ns pixa a la boca’

La LLei del Cinema Català 'se'ns pixa a la boca' 5

Hoy se ha aprobado la polémica Llei del Cinema Català que la Conselleria de Cultura de la Generalitat presentó el pasado 12 de enero, incluido el artículo 18 que era una auténtica bomba de relojería. Quizás fuera de Catalunya no se conoce demasiado el tema, pero tiene su interés: el artículo 18 estipula que el 50% de la películas que lleguen a los cines catalanes tendrán de estar dobladas o subtituladas en castellano. La Ley en cuestión es una de las medallas de este Gobierno Tripartito que tenemos en Catalunya (más CiU), porque defienden que va a ser un impulso importantísimo para la cultura y la lengua catalanas.

Yo, como catalán y cinéfilo, creo que esta Ley es un error mayúsculo. Para empezar porque ha habido una gravísima falta de diálogo y un avance feroz a 200 por hora con la que hemos chocado contra un muro de hormigón. No creo que me quede solo si digo que el doblaje en catalán suele dejar bastante que desear, sobretodo en las películas de acción (será porque los insultos suenan menos contundentes) y, además, hay una parte importante de la población que a pesar de ser catalanoparlante, prefiere ir a ver las películas en castellano y no se les ha tenido en cuenta.

Hoy mismo han empezado a notarse consecuencias de la Ley ya que desde la patronal del cine. Luis Hernández de Carlos, presidente de la federación de distribuidores (FEDICINE), ha afirmado que la ley provocará que las grandes compañías de Hollywood, las majors, reduzcan el número de películas suyas en Catalunya de manera considerable y «las que lleguen, mucho me temo que serán en versión original, sin subtítulos», por «criterios estrictamente comerciales». Normal. Realmente la obligación del doblaje en catalán es un precedente peligroso y discriminatorio por otras lenguas como el gallego o el euskera y, evidentemente, es inasumible que todas las películas se doblen a cuatro lenguas para un solo país.

Si se cumple el recorte, el máximo perjudicado va a ser el espectador, que ya bastante tenemos con tener que esperar meses o años para ver las películas como para que encima nos encontremos con que directamente no nos llegan. Y después del espectador vendrán los cines, las distribuidoras y la industria en general. Todos jodidos.

Camilo Tarrazón, presidente del gremio de exhibidores de Catalunya, ha acompañado a Hernández de Carlos en su posición, y ha añadido que para empezar el pacto de caballeros que existía desde el Gobierno de Jordi Pujol se va a ir a tomar por saco, directamente, con el que almenos 35 películas (la mayoría dirigidas al público familiar, o sea, a los niños) también se van a ver afectadas o reducidas.

Habrá que ver como evoluciona la cosa porque evidentemente habráque negociar, pero no pinta demasiado bien si la Generalitat no afloja. Para quién no lo sepa soy catalán orgulloso y sentido, y en serio que si se trata de defender la lengua yo me pongo delante. Pero esto que se ha aprobado hoy es una lamentable Ley electoralista y cancerígena que va a afectar gravemente el cine en Catalunya.

Esto no es defender la cultura, es neutralizarla. Lo que deberíamos hacer, y hablo como conjunto del Estado español, es dejar de doblar las películas de una maldita vez y tirar de subtítulos, que son más baratos y más fáciles, y hacerlos en catalán, euskera, gallego, español o lo que sea, pero que se regule desde el Gobierno Central. El cine se disfruta mucho más en versión original, almenos así lo creo, porque es dónde luce realmente el trabajo de los actores.

Además, de este modo quizá la población en general aprendería un poco más el tan necesario inglés, para compensar un poquitín el nivel neandertal que se enseña en las escuelas y del que tanto nos quejamos.

En catalán tenemos un dicho muy nostrado que es «se’ns pixen a la boca i diuen que plou» (se nos mean en la boca y dicen que llueve). Suele ocurrirnos bastante, pero cuando viene de nuestros propios mandatarios es que la cosa está jodidamente fea. Ahí lo dejo.

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